domingo, 17 de noviembre de 2024

GUILLERMO CONTRA EL LORD CANCILLER

 

[Nota: he eliminado las notas a fin de hacer menos farragoso el texto; y también, a qué negarlo, por mi manifiesta incapacidad digital. Todas las referencias pueden encontrarse en el cap. II de mi Tesis Imaginación deseo y libertad en William Blake https://www.cervantesvirtual.com/obra/imaginacion-deseo-y-libertad-en-william-blake--0/  ]



                 “Primero exhaló la luz sobre el rostro de la materia; después exhaló

                  la  luz en el rostro del hombre; y por último exhaló e inspiró la luz

                  en el rostro de sus elegidos.”

                                                                 Francis Bacon, Essays[1].

 

                ¿Acaso no descendió Jesús para convertirse en un siervo? El

                  príncipe de las tinieblas no es un Hombre, es un Caballero: es el

                 Lord Canciller.

                                                              William Blake, Annotations to Bacon[1].

 

            ¿No soy yo como Bacon, Newton y Locke, que predican humildad al hombre?

                                                               

                                                   William Blake, Jerusalem[1].

 

 

 

Conviene recordar, por otra parte, que Bacon y Locke no sólo desempeñaron cargos importantes en el desarrollo efectivo  de la política inglesa, sino que ambos sentaron en buena medida las bases de la consideración del mercado libre capitalista     –las “wheels of trade” (“ruedas del comercio”) lockeanas- como una ley natural, circunstancia quizá hoy poco recordada, pero bien patente entre sus contemporáneos. Los escritos económicos de Locke acerca de la reducción del interés y la concesión de privilegios a los terratenientes, por ejemplo, fueron reiteradamente citados en los debates parlamentarios de 1637 como argumento autoritario[1]. Pero es más, ya en plena época victoriana, un artículo editorial aparecido en el Blackwood’s Edimburgh Magazine en 1849,  “Free Trade at its Zenith”, sostenía la necesidad de favorecer el libre comercio combinando la libre circulación de capital con el establecimiento de medidas proteccionistas en favor de hacendados e industriales, y apoyaba sus tesis en la línea ideológica desarrollada durante los dos siglos anteriores por Bacon, Locke y Malthus: así, tras señalar que “si nuestros gobernantes hubieran seguido el consejo de los sabios de antaño (…) hubieran evitado esta acumulación de desastres sin precedentes”, ofrece diversas citas de los Essays de Bacon, “el más grande y sabio de los hombres”, y de las Considerations de Locke, para culminar su argumentación señalando que “nos limitaremos a añadir la opinión de una de las mayores autoridades entre los defensores del librecomercio, Mr. Malthus”[1].

 

(…)

 

Aun cuando la centralidad de la Providencia divina y la jerarquización social en el pensamiento de Bacon puede encontrarse en muchos de sus escritos, entre ellos la utopía inconclusa La Nueva Atlántida, por motivos metodológicos me atendré aquí exclusivamente al ejemplar anotado por Blake de sus Essays Moral, Economical and Political  (1798), cuyos distintos escritos constituyen una perfecta síntesis de la doctrina teológica y social baconiana que hará, sin duda, mucho más comprensible la inclusión por Blake del barón de Verulam en su “tríada” Bacon-Newton-Locke. Dado que en la Introducción apuntábamos las glosas del autor a la expansión imperialista, nos centraremos ahora en sus concepciones acerca de la estratificación social, que ya desde el primer ensayo, On Truth (cuya crítica a la Imaginación, no recogida por Erdman, tendremos ocasión de tratar en el Cap. V), establece sin ambages, como cabe apreciar en la cita que encabeza estas páginas, su absoluta convicción de la existencia dentro de la humanidad de una grupo privilegiado de “elegidos” por Dios. Por si cupiera alguna duda acerca de quiénes son esos elegidos, On Praise nos aclara –en un texto tampoco incluido por Erdman, pero que constituye la continuación de un párrafo anotado por Blake- que: El pueblo es incapaz de comprender las más excelentes virtudes: las más bajas obtienen su alabanza, las virtudes medias medias les producen asombro o admiración, pero carecen de sentido para percibir las más elevadas”[1].

Resulta evidente, en fin, que el pueblo no parece pertenecer para Bacon al grupo de los elegidos, reservado al Rey y la nobleza. Así, Of a King, tras establecer que “el Rey es un dios mortal en la Tierra, sobre quien el Dios viviente ha conferido como gran honor su nombre”[1], sienta las bases sobre las que el poder real debe establecerse: “Aquel Rey que no es temido no es amado; y si quiere que su mandato sea apreciado debe poner los medios para ser tan temido como amado”[1] para concluir que “quien honra al Rey es lo más lejano al ateo, que carece del temor a Dios en su corazón”[1]. Las anotaciones de Blake a las dos primeras afirmaciones: “¡Oh esclavo abyecto y despreciable” (…) “El temor no puede amar”,  son suficientemente indicativas de su ideario político y existencial y de su opinión sobre Bacon; mientras que la contundente “¡Blasfemia![1] descalificadora de la tercera constituye una muestra de la concepción absolutamente heterodoxa que, según tendremos ocasión de analizar en detalle en los Capítulos IV y V, poseía Blake acerca de las nociones de religiosidad y ateísmo. Sin mayor comentario, en fin, cabe señalar la posición otorgada por Bacon a la nobleza en Of Nobility (que Blake, agudamente, considera contradictoria con su glosa anterior del derecho divino de los reyes):  “La monarquía, cuando no existe la nobleza, es siempre pura y aboluta tiranía (…) pues la nobleza modera la soberanía, y de alguna manera desvía los ojos del pueblo de la línea real (…). Por otro lado, los nobles poseen la capacidad de extinguir la pasiva envidia de los demás, gracias a su posesión del honor. Ciertamente, los reyes que poseen hombres capaces entre su nobleza harán bien en emplearlos y ello facilitará su gobierno; pues el pueblo tiende por naturaleza a inclinarse ante ellos reconociendo su innata capacidad para el mando”[1]. Desde luego, el apóstol de la empiria tenía claro tanto quiénes eran los elegidos para el conocimiento como quiénes debían gobernar por designación divina, y, puesto que no consideraba al pueblo capacitado para tan elevadas misiones, sin duda consideraba más conveniente que desarrollara su limitada experiencia sensible yendo a combatir al extranjero en aras de la salud nacional. Ironías aparte, lo cierto es que frases similares abundan a lo largo del libro y, si bien cabría objetar que no eran inusuales en la época, desde luego no justifican en absoluto la consideración por Wood de Bacon como un liberal avant la lèttre.

En un aspecto, sin embargo, sí sorprende la modernidad de Bacon, y es precisamente en su elogio de la combinación de imperialismo y comercio como fuentes de la riqueza nacional, incluido en el ensayo Of Seditions and Troubles: Es importante recordar, puesto que el engrandecimiento de cualquier estado debe ser a costa de otro, que son tres las cosas que una nación vende a otra: los productos que la naturaleza le ha concedido; las manufacturas; y el transporte. De manera que, si esas dos ruedas van bien, la riqueza fluirá como un torrente en primavera[1]. La evidente anticipación contenida en estas frases de las doctrinas de Locke y Burke, así como de la política expansionista del imperialismo británico en tiempos de Blake, no pasó sin duda inadvertida para el poeta, cuya anotación marginal refleja una indignación semejante a la que expresara en tantos otros pasajes respecto a la oligarquía terrateniente y comercial de su tiempo: 

 

El engrandecimiento de un Estado, como el de un hombre, tiene su origen en una mejora interna o en la instrucción intelectual. El hombre no mejora gracias al daño de otro. Los Estados no mejoran a expensas de los extranjeros.

Bacon no sabe de nada excepto de Mammon.[1]

 

La teoría política de Bacon, en suma, parece constituir un intento incipiente de conjugar la doctrina del derecho divino de los reyes con el reconocimiento del ascenso de la aristocracia y oligarquía comercial como fuerzas motoras del desarrollo económico. Según vimos anteriormente, la resolución final de esta tensión interna iba a tener lugar gracias a la Restauración de 1660, consolidada en 1688; pero ello no significaría en absoluto una democratización del gobierno, sino, por el contrario,  el asentamiento de la unión entre la Corona, la clase oligárquica y la Iglesia como rectores absolutos de la sociedad. Nada tiene de extraño, pues, que el Lord Canciller Clarendon, heredero del cargo de Bacon, lo fuera también de su desprecio por el pueblo en su declaración al Parlamento tras la primera Restauración:

“Es privilegio (…) y prerrogativa del común del pueblo (common people) en Inglaterra ser representado por las personas más elevadas, instruidas, ricas y sabias que puedan elegirse en la nación; y confundir los Comunes de Inglaterra (…) con el pueblo común de Inglaterra constituyó el primer ingrediente de ese maldito veneno (…) una república (Commonwealth)”[1].

Si la alternativa entre una monarquía absoluta y una moderada representatividad parlamentaria restringida a la clase dominante fueran, en suma, las únicas opciones que se hubieran planteado en la política inglesa hasta los tiempos de Blake, tal vez serían comprensibles las críticas hacia el poeta por su descalificación de Locke, quien, al fin y al cabo, refutó con contundencia el absolutismo de Hobbes y de Filmer. Lo que parece olvidarse con frecuencia es que existía una tercera alternativa, planteada por los sectores más radicales de los levellers, que rechazaba tanto la monarquía absoluta como el parlamentarismo oligárquico,

viernes, 1 de noviembre de 2024

Guillermo contra la Tríada satánica

  • Nota: A fin de contextualizar nuestra traducción de las Anotaciones a Bacon, que publicaremos aquí en breve, me ha parecido conveniente reproducir algunos fragmentos de mi Tesis, relativos, en primer lugar, a la crítica general de Blake a la tríada Bacon, Locke, Newton; en segundo, de manera pormenorizada, al propio Bacon; y en tercero, en fin, a sus epígonos del Literary Club. A fin de no sobrecargar la lectura, iremos introduciendo los diversos fragmentos por separado. Respecto al título, no es sino un pequeño homenaje al inolvidable personaje de Guillermo (William), creado por la escritora Richmal Crompton, que recuerdo como paradigma rebelde de mi infancia.


                                                

                                  “Los modelos y guías de la filosofía y la ciencia eran los tres  villanos: Bacon, Locke y Newton. Sin embargo, los tres estaban indisolublemente unidos a los teólogos de un cristianismo servil: todos se arrodillaban ante Urizen, el Dios de este mundo. Blake, en otras palabras, estableció una analogía precisa entre la visión de un universo mecanicista y la religión concebida como un código moral. Ambas concepciones proclamaban lo universal a expensas de lo particular, ya fuera un momento concreto del tiempo, singular e irreductible, el matiz y color de una planta, o la vida de un hombre particular. Urizen, en efecto, es el dios de la reducción, que reduce todo a términos cuantitativos"

                                 

                                                              Czeslav Milosz, The Land of Ulro

                                  

                                             

La elección de la “tríada” Bacon, Newton y Locke como simbolo de la conexión entre mecanicismo, mercantilismo y ley moral no fue en modo alguna azarosa por parte de Blake. En primer lugar, los tres fueron, en palabras de Basil Willey, las figuras claves de “ese fenómeno peculiarmente inglés, la sagrada alianza entre ciencia y religión”, encarnado por “la apostólica sucesión de físicos-teólogos ingleses que va de Bacon, a través de Boyle, Locke y Newton, hasta Joseph Priestley”[i]; una “sagrada alianza”, dicho sea de paso, que socava por completo la tesis, cara a los críticos trascendentalistas, de que Blake atacó a estos autores porque rechazaba su “materialismo”, pues de hecho compartían un ferviente teísmo antitrinitarista, y el sistema newtoniano, por mucho que el positivismo decimonónico lo reinterpretara como un modelo autosuficiente, postulaba expresamente la existencia de un Dios creador omnipotente y trascendente, garante del mantenimiento de las leyes inmutables del Universo e incompatible con la Divina Humanidad blakeana. Los tres pensadores ocuparon asimismo cargos políticos relevantes vinculados a la oligarquía terrateniente, defendieron con ardor los principios de la jerarquización natural de la sociedad y, en el caso de Bacon y Locke, fueron precursores reconocidos de la doctrina del libre comercio sobre la que se sustentarían el capitalismo industrial y la expansión colonial. Si nos atenemos a la sucesión cronológica apuntada por Willey, de hecho, encontramos en su origen al Canciller del Reino Francis Bacon, reputado demoledor de “ídolos”, pero generalmente menos recordado como ardiente defensor de la desigualdad social y de un incipiente imperialismo. Pues bien, entre los escasos libros conservados de la biblioteca blakeana se encuentra una edición de la obra de Bacon Essays Moral, Economical and Political[ii], con anotaciones a lápiz del propio Blake, que he tenido la fortuna de consultar en la Cambridge University Library. Estas Annotations to Bacon aparecen reproducidas en la edición de Erdman[iii] junto a párrafos seleccionados del texto original, pero la consulta directa del ejemplar permite observar que dicha “selección” no hace plena justicia a la crítica de Blake, cuyas notas abarcan a menudo toda una página. Baste señalar, por el momento, dos párrafos del texto de Bacon, pertenecientes al ensayo On the true greatness of Kingdoms and States, que se encuentran en páginas anotadas extensamente por Blake y muestran claramente la concepción imperialista y belicosa que aquél poseía de la política: “Pero lo más importante para alcanzar el imperio y la grandeza es, por encima de todo, que una nación profese el ejercicio de las armas como su principal honor, estudio y ocupación”[iv]; “Una guerra civil es, desde luego, como el ardor de la fiebre, pero una guerra exterior es como el calor proporcionado por el ejercicio, y sirve para mantener saludable el cuerpo”[v]. Por lo que respecta a Newton, Blake no sólo poseía plena consciencia de las implicaciones teístas de la física newtoniana  –por lo demás bien conocidas en la época, según atestiguaremos documentalmente en el Capítulo V-, sino también de su labor como inspector y posteriomente director (1699) de la Casa de la Moneda, cargos en cuyo ejercicio organizó la regularización de la nueva moneda acuñada y fue responsable directo de la ejecución de diversos falsificadores en el patíbulo de Tyburn Tree, uno de los lugares simbólicos citados repetidamente por Blake como encarnación de la opresión política: “la muerte en la horca era el castigo para los falsificadores de moneda. El inspector de la Casa de la Moneda Newton proporcionó en más de una ocasión las pruebas necesarias para la condena”[vi]. En cuanto a Locke, cuyo Essay afirmaba sin ambages la existencia de “un Ser eterno, omnipotente y ommnisciente” -que Blake identificaría expresamente con el vengativo Dios mosaico y el “Pantocrátor de Newton”, tejedor de “la Trama de Locke[vii]-, sabemos por el propio artista que éste leyó ya en su juventud sus escritos epistemológicos, pedagógicos y políticos. Y por lo que respecta al discutible liberalismo lockeano, que tendremos ocasión de analizar con detalle, nos limitaremos por ahora a constatar que, desde luego, no se manifestó en su actividad pública como consejero del Board of Trade, caracterizada por su draconiana propuesta de endurecimiento de las condiciones de la Poor Law (Ley de Pobres), sus admoniciones contra cualquier intento de disminuir el interés o aumentar los impuestos a los grandes propietarios so pena de detener “las ruedas del comercio” y, en fin, acorde a los principios establecidos en su Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil (1690) -“hay en el mundo tierra suficiente para abastecer al doble de sus habitantes, si la invención del dinero y el tácito consentimiento de asignarle a la tierra un valor no hubiese dado lugar al hecho de posesionarse de extensiones de tierra más grandes de lo necesarias, y a tener derecho a ellas”[viii]-, una defensa a ultranza de los privilegios de la clase oligárquica, sintetizada en las palabras de su más reputado biógrafo, Maurice Cranston: para Locke “los trabajadores estaban excluidos de las plenas responsabilidades y privilegios de la sociedad política (…). Es absurdo que se hable de Locke, como a menudo se hace, como un filósofo de la democracia”[ix].

La vinculación de estos pensadores a la ideología dominante de la época, que desde nuestra perspectiva actual puede resultar atenuada por su vinculación posterior a la modernidad ilustrada, era pues patente en la Inglaterra de la época, y fue claramente percibida por Blake, quien estableció sin duda una relación directa entre el teísmo trascendente y las tesis empiristas de la “tríada” Bacon-Newton-Locke, sus actuaciones públicas y su defensa de doctrinas que él consideraba denigrantes, como el origen divino de la desigualdad social, el incipiente capitalismo industrial y la licitud de la guerra imperialista. En cualquier caso, según tendremos ocasión de exponer, Blake experimentaba por estos autores, cuya figura rescataría en la regeneración visionaria final de Jerusalem, un respeto que negaba a sus contemporáneos Edmund Burke, Samuel Johnson y Joshua Reynolds, miembros fundadores del elitista Literary Club, a quienes consideraba apenas unos hipócritas epígonos de aquellos. Si Blake centró sus críticas en Bacon, Newton y Locke fue por considerar que su obra, y de manera muy particular las seductoras metáforas newtonianas, constituían, por una parte, la poderosa versión contemporánea del dualismo teocéntrico que, durante los “seis mil años” transcurridos desde la supuesta Creación –según la cronología histórica establecida por el obispo Usher y corroborada por el propio Newton en The Chronology of Ancient Kingdom Amended (1728)-, habían dado pie a todas las formas de opresión social, y por otra la base del entramado religioso, ideológico y político sobre el que continuaba sustentándose a fines del siglo XVIII la doctrina de la jerarquización social.  Pues si, como Blake hará afirmar a Urizen (cuyo nombre es probable acrónimo de “your reason” y “horizon”), encarnación de la razón excluyente y del “sueño simple de Newton”, las leyes inmutables de la Naturaleza y su Divino creador aseguraban que “todo futuro se encuentre atado en su vasta cadena[x], las consecuencias políticas implícitas en esta visión nos remiten de inmediato a Edmund Burke, quien, al considerar  que “el contrato particular de cualquier Estado no es sino una cláusula del gran contrato primigenio de la sociedad eterna,  que vincula las más altas y bajas naturalezas, el mundo visible y el invisible (…), cada uno en su lugar establecido”[xi], exigía asimismo la inmutabilidad de la “perdurable cadena” de un contrato social cuyo origen se remontaba a Dios, “instaurador, creador y protector de la sociedad civil”[xii] y debía extenderse, por el bien de la Nación, “a los vivos, a los muertos, y a aquéllos que aún no han nacido”[xiii]. La mano invisible de la Providencia Divina sostenía así la inviolabilidad del orden social establecido, y confería un sustento trascendente tanto a la jerarquización natural como a la conversión progresiva del hombre en mercancía por el capitalismo industrial, cuya asunción de las metáforas del orden religioso –dígase la “mano invible” del mercado-, sería culminada en 1795, un año después de que Blake grabara The (First) Book of Urizen, por el propio Burke, quien, en nombre del mismo pueblo al que en otros momentos no dudaría en tildar de “multitud porcina” (swinish multitude), supo dar un nuevo significado a las palabras de Locke acerca de la sujeción de todos los hombres “a la ley de la naturaleza, es decir, la voluntad de Dios”[xiv], insistiendo en la necesidad de mantener los principios de la estratificación económica y social dentro del nuevo modo de producción: “es preciso resistirse humanamente a la idea, especulativa o práctica, de que está dentro de las competencias del Gobierno, en cuanto tal Gobierno, o incluso de los ricos, por el hecho de ser ricos, proporcionar a los pobres aquellos bienes necesarios que la Divina Providencia ha querido arrebatarles temporalmente. Nosotros, el pueblo, deberíamos ser juiciosos, y comprender que no es mediante la ruptura de las leyes del comercio, que son las leyes de la naturaleza y por tanto las leyes de Dios, como podremos tener esperanzas de mitigar el Divino disfavor”[xv].

La conexión establecida por Blake entre la epistemología empirista y su separación sujeto-objeto, la reificación de la naturaleza impuesta por el mecanicismo newtoniano y la opresión social no era, pues, en absoluto ingenua. Además, el artista era plenamente consciente de que tales concepciones constituían asimismo la base de la “estética de la sublimidad” elaborada por Joseph Addison, Samuel Johnson y el propio Burke, cuya visión de lo sublime como “vasta, inmensa uniformidad” radicaba en la oposición entre la “sobrecogedora naturaleza” y una “precariedad humana” sólo mitigada por la gracia e intervención divinas. No bastaba, pues, como hemos señalado, con limitarse a distorsionar los modelos tradicionales, ni era tampoco posible crear las condiciones para una libertad plena empleando la misma racionalidad excluyente que había conducido a la opresión social. Era preciso forjar una “lengua nueva”, una forma diferente de pensamiento y actividad creativa, que permitiera la supresión de las “cadenas forjadas por la mente” e integrara los aspectos positivos de la razón dentro del fecundo poder creativo de la Imaginación; y para ello resultaba necesaria la subversión de los esquemas linguísticos y plásticos tradicionales y, lo que es más importante, la elaboración de nuevos modelos y arquetipos sujetos a continua renovación, lo que implicaba la creación de un nuevo lenguaje plástico y poético. Así, en su intento de romper con el dualismo teocéntrico, Blake elaboraría una visión de lo sublime fundada en la convicción de que “todo lo existente es Humano, poderoso, sublime[xvi] y la consideración de cada “minute particular” como un microcosmos de la Humanidad Divina, una “estética de la exuberancia” inspirada en el reconocimiento de la sublime inmensidad inherente en cada individuo, cuya renovada percepción imaginativa –y no la intervención de una entidad trascendente- debe constitur el agente de su regeneración.



[i] Willey, Basil: The Eighteenth Century Background, Penguin, Hardsmonworth, 1962; pg. 133.

 

[ii] Bacon, Sir Francis: Essays Moral, Economical and Political, Londres, 1798.

 

[iii] Ann. Bacon’s Essays Moral, Economical and Political; Erdman, 620-632. [Conviene aclarar aquí el sistema que seguiremos en lo sucesivo para nuestras citas de los ejemplares anotados por Blake. En aquellos cuyo original no he podido consultar, cuando el pasaje corresponda sólo a Blake o citemos el texto anotado a partir de la selección realizada por Erdman, mencionaremos únicamente, excepto en la primera cita, el título abreviado del texto (por ejemplo: Ann. Watson) y la referencia correspondiente de paginación del original proporcionada por Erdman. En aquellos casos en que he podido acceder a la consulta directa del original, cuando el pasaje se limite a la anotación de Blake o el texto original citado aparezca incluido en los breves fragmentos recogidos por Erdman, procederemos igual que en el caso anterior (Ann. Bacon); en tanto que, una vez proporcionada la referencia bibliográfica completa de la obra en la primera cita, incluiremos la referencia a la edición original (por ejemplo: Bacon, Essays, 1798) cuando citemos párrafos no recogidos en la selección de Erdman. V. también, como ejemplo relativo a aquellos casos donde las anotaciones de Blake corresponden tanto a los textos del autor como del editor, nota V.212.]

 

[iv] Bacon, Essays, 1798; pg. 144: “But above all, for empire and greatness is importeth most, that a nation do profess arms as their principal honour, atudy and occupation”.

 

[v] Íbid.; pg. 147: “A civil war, indeed, is like the heat of a fever; but a foreign war is like the heat of exercise, and serveth to keep the body in health”.

 

[vi] Christianson, Gale E:  Newton, Salvat, Barcelona, 1986; Vol. 2, pg. 416.

 

[vii] Milton, 4, 11; Erdman, 98: “Art thou not Newtons Pantocrator weaving the Woof of Locke”. [Sobre la interrelación establecida por Blake entre el teísmo newtoniano y el lockeano, v. Apartado V.1.2.1, en particular las notas V.79-90.]

 

[viii] Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, trad. prólogo y notas de Carlos Mellizo, Alianza Editorial, Madrid, 2000; V, 36, pgs. 63-64.

 

[ix] Cranston, Maurice: John Locke, Longman, Greens & Co., Londres, 1969; pg. 28.

 

[x] Four Zoas, Noche VI, 73, 20; Erdman, 350: “all futurity be bound in his vast chain”.

 

[xi] Burke, Edmund: Reflections on the Revolution in France, Penguin, Hardmonsworth, 1986; pg. 195: “Each contract of each particular state is but a clause in the great primæval contract of eternal society, linking the lower with the higher natures, connecting the visible and invisible world (…) each in their appointed place.”

 

[xii] Íbid; pgs. 193 y 196:  “whole chain and continuity” (…) “the institutor, and author and protector of civil society”.

 

[xiii] Íbid; pgs. 194-95: “those who are living,  those who are dead, and those who are to be born”.

 

[xiv] Locke, Segundo Tratado, 2000; XI, 135, pg. 144.

 

[xv] Burke, Edmund: Thoughts and Details on Scarcity, Originally Presented to The Right Hon. William Pitt, in the Month of November, 1795, incluido (pgs. 61-92) en el Vol. IV. de Select Works, Miscellaneous Writings, Liberty Fund, Indianápolis, 1999; pg. 81: “but manfully to resist the very first idea, speculative or practical, that it is within the competence of Government, taken as Government, or even of the rich, as rich, to supply to the poor, those necessaries which it has pleased the Divine Providence for a while to with-hold from them. We, the people, ought to be made sensible, that it is not in breaking the laws of commerce, which are the laws of nature, and consequently the laws of God, that we are to place our hope of softening the Divine displeasure”.

 

[xvi] Jerusalem, 34, 38; Erdman, 180: “every thing is Human, mighty! sublime!”

 





miércoles, 24 de enero de 2024

ANOTACIONES A THE LORD’S PRAYER, NEWLY TRANSLATED de Robert John Thornton (Londres 1827)

 


Nota introductoria

Robert John Thornton fue un reputado médico y naturalista británico, conocido en su época sobre todo por la edición de lujosos libros ilustrados de botánica, así como otros de índole literaria[1]. Blake entró en contacto con él por medio de su amigo y patrono John Linnell, y contribuyó con varias extraordinarias xilografías a la tercera edición de su ambiciosa versión de las Pastorales de Virgilio (1821), que, citando al eminente blakeano Morton D. Paley en su magnífico The Traveller in the Evening, “es recordada hoy exclusivamente por los diecisiete grabados en madera de Blake que aparecen en ella”[2] (https://blakearchive.org/work/bb504).

Pese a que Thornton rechazó gran parte del trabajo de Blake, y sólo aceptó las xilografías gracias a los buenos oficios de Linnell, no existe constancia de que mantuvieran malas relaciones. La lectura de estas anotaciones deja patente, en cualquier caso, el profundo rechazo del artista a la ideología de su antiguo patrono, que consideraba un adalid del clasismo inherente a la doctrina de la “jerarquización natural de la sociedad” mantenida por Burke, Johnson (al que cita en diversas ocasiones) y otros miembros del conservador Literary Club. La copia de The Lord´s Prayer`s anotada por Blake, apenas meses antes de su muerte, se cree que le fue prestada o regalada por Linnell, con el propósito expreso de compartir sus anotaciones[3], pues se conservan algunos requerimientos al respecto. Cabe suponer que tanto el propio Linnell como los piadosos miembros del grupo pictórico The Ancients, fervientes admiradores de Blake en sus últimos años -según cuyos testimonios contemporáneos sobre el artista esperaríamos encontrar poco menos que un venerable visionario entregado a la contemplación y ajeno a toda preocupación mundana-, no debieron sentirse muy cómodos con la radicalidad de los comentarios blakeanos.

Ante la imposibilidad de consultar el original conservado en la Huntington Library de San Francisco (a excepción de la reproducción fotográfica de la portada, que me fue enviada con su generosidad habitual por el gran biógrafo y bibliógrafo de Blake G.E.Bentley Jr., lamentablemente ya fallecido), y dada  la inexistencia de facsímiles semejantes a los de otras obras conservadas en Estados Unidos (Lavater, Watson), hemos seguido fundamentalmente la versión de Erdman, complementada con las exhaustivas descripciones de texto y anotaciones realizadas por Morton D. Paley en el citado The Traveller in the Evening y Hazard Adams en Blake´s Margins[4].  Cabe notar, en todo caso, que tanto la versión de Erdman como las previas de Keynes y Bentley presentan ciertas discrepancias derivadas al progresivo deterioro del texto. Recientes intentos de edición por el Blake Archive han mostrado, de hecho, la dificultad de establecer un texto canónico de estas anotaciones, tarea cuya dificultad se pone de manifiesto con ilustraciones ad hoc en el artículo <Blake’s Divisive <Lord’s Prayer> Marginalia> (9-IX-2017), incluido en Hell´s Printing Press. The Blog of the Blake Archive and Blake Quarterly[5].

Estas posibles variaciones, en cualquier caso, no afectan al núcleo esencial de los dos ejes dialécticos entre los que transitan estas anotaciones, concebidas claramente por Blake como una síntesis, casi un testamento, de sus creencias radicales. En primer lugar, su propia, concisa, desafiante e indudablemente política versión del Padrenuestro u Oración del Señor (The Lord´s Prayer), con la sustitución del me inicial por un us colectivo, la convicción de que todas las cosas han de ser, por justicia, “comunes entre nosotros”, y la demoledora afirmación de que “todo lo existente tiene el mismo derecho a la eternidad que Dios, que es el sirviente del hombre”. Es decir: la humanización de lo sublime, frente a la estética clasista de lo sublime heroico/sobrehumano. Y, en segundo lugar, la demoledora parodia del Padrenuestro tory (según el propio Blake) de Thornton, que desvela los fundamentos ideológicos de la opresión política y la citada doctrina de la jerarquización social de supuesto origen divino. Pues, recordemos, para Blake “todos los hombres son iguales en el Genio Poético”, la Divina Imaginación Humana, y sobre esa igualdad, extensible a cualquier ámbito de la vida, debe sustentarse toda sociedad libre.

El estudio de la asociación efectuada por Blake entre el empirio-mecanicismo y la creciente deshumanización del capitalismo industrial será tratado con mayor en detalle en nuestra traducción de las anotaciones a Watson, Bacon y Reynolds. Una introducción al tema puede encontrarse en el post Blake contra Locke y Newton: mecanicismo, teísmo e imperialismo (https://blakemargen.blogspot.com/2023/12/blake-contra-locke-y-newton-mecanicismo.html), incluido a tal fin en este blog, así como en los capítulos allí indicados de Imaginación, deseo y libertad en William Blake (https://www.cervantesvirtual.com/obra/imaginacion-deseo-y-libertad-en-william-blake--0/).

Baste aquí, pues, con citar las palabras del propio Blake en la extraordinaria carta a su amigo George Cumberland del 27 de abril de ese mismo año, ejemplo de extraordinaria lucidez acerca de la interrelación existente dentro de su “arte republicano” entre los ámbitos politico, epistemológico y estético:

 

“Estimado Cumberland,

 

He estado muy cerca de las puertas de la muerte y he regresado muy débil, un anciano frágil y tembloroso, pero no en Espíritu ni en Vida, no en lo que concierne al Hombre Verdadero, la Imaginación que vive por siempre. (…). Sé demasiado bien que la mayor parte de los ingleses son partidarios de lo Indefinido, que miden según la doctrina de Newton de las fluxiones del átomo. Algo que no existe. Todos ellos son Políticos, y creen que el Arte Republicano es enemigo de su átomo. Pues una Línea o Contorno no se forma por azar, una Línea es una Línea en sus más pequeñas subdivisiones y, recta o torcida, no es conmensurable ni equiparable con ninguna otra cosa (…) pero desde la Revolución Francesa los ingleses son todos conmensurables e intercambiables unos por otros, en verdad un feliz estado de acuerdo, con el que yo, al menos, no estoy de acuerdo…”[6].

 

 

ANOTACIONES A THE LORD’S PRAYER, NEWLY TRANSLATED

de Robert John Thornton (Londres 1827)

 

Traducción, Edición y notas: Francisco Gimeno Suances.

Revisión: Marta García Rivas.


Blake solía realizar sus anotaciones a lápiz, pasándolas posteriormente, cuando lo creía necesario, a tinta, y a menudo volviendo años después sobre ellas para realizar correcciones. En el caso de estas anotaciones a Thornton, realizadas durante sus últimos meses de vida en 1827, sus comentarios permanecen a lápiz, si bien aparecen numerosas correcciones, según indicábamos en la nota introductoria.

A fin de facilitar una lectura “limpia”, dentro de las mencionadas limitaciones derivadas de la diferente interpretación por diversos editores de sus notas, hemos procurado clarificar al máximo la presentación y diferenciación de los distintos textos, manteniendo las modificaciones fundamentales realizadas por Blake sin reproducir llaves (excepto la imprescindible de la página I), paréntesis y otros signos similares: así, por ejemplo, los párrafos de Thornton que aparecen subrayados se deben a la mano del propio Blake, e indicamos sólo en los casos evidentes aquellas palabras que fueron eliminadas y sustituidas por otras en las notas. Los originales de Thornton, cuya tipografía original aparece simplificada, se reproducen aquí provisionalmente en negrita; los comentarios de Blake, en cursiva; y su traducción, en redonda.

Hemos considerado que incluir la versión inglesa de los pasajes originales de The Lord`s Prayer resultaría demasiado prolijo. En cualquier caso, tanto los textos de Thornton como las anotaciones blakeanas pueden consultarse en la versión online de The Complete Poetry and Prose of William Blake, editada por David V. Erdman, bien en la Arizona State University (https://blake.lib.asu.edu/html/home.html) o en el monumental Blake Archive (http://erdman.blakearchive.org/).

 




Portada


Annotations to The Lord's Prayer, Newly Translated..... with Critical and Explanatory Notes, by Robert John Thornton, M.D. of Trinity College, Cambridge, and Member of the Royal London College of Physicians. [London] 1827

 

Anotaciones a La Oración del Señor, en nueva traducción… con notas críticas y explicativas, por Robert John Thornton, Doctor en Medicina por el Trinity College, Cambridge, y miembro del Real Colegio de Médicos de Londres. (Londres, 1827).[i]

 

 


I look upon this as a Most Malignant & Artful attack upon the Kingdom of Jesus By the Classical Learned thro the Instrumentality of Dr Thornton The Greek & Roman Classics is the Antichrist I say Is & not Are as most expressive & correct too

 

Tengo esto por el más perverso y sibilino de los ataques de los eruditos clásicos al Reino de Jesús a través del instrumento que representa el Dr. Thornton. Los clásicos griegos y romanos es el Anticristo. Y digo Es y no Son por resultar lo más expresivo y asimismo correcto.

 

Página ii. [el Doctor Johnson acerca de la Biblia]

[“]La Biblia es el libro más difícil del mundo y el inculto no puede comprenderlo en absoluto, más que con la ayuda de notas CRÍTICAS y EXPLICATIVAS...”

 

Christ & his Apostles were Illiterate Men Caiphas Pilate & were Learned.

The Beauty of the Bible is that the most Ignorant & Simple Minds Understand it Best —Was Johnson hired to Pretend to Religious Terrors while he was an Infidel or how was it


Cristo y sus Apóstoles eran hombres iletrados. Caifás, Pilatos y Herodes eran cultos.

            La belleza de la Biblia está en que las mentes más simples e ignorantes son las que la comprenden mejor. ¿Pagaron a Johnson para que fingiese terrores religiosos siendo un descreído, o qué?

 

[Cita de Lord Byron acerca de la ética de Cristo]

“... ¿Qué hizo de SÓCRATES el más grande de los hombres? Sus verdades morales, su ética. Aparte de sus milagros y en NO MENOR MEDIDA que ellos, ¿qué probó que JESUCRISTO era HIJO DE DIOS? Sus preceptos morales...”

 

If Morality was Christianity Socrates was The Savior.

Si la moralidad fuese el cristianismo, Sócrates sería el Salvador.


Página 1.

 

Such things as these depend on the Fashion of the Age

In a book where all may Read &

 

In a book which all may Read &

are Equally Right

In a book that all may Read

 

That Man who &/c is equally so                    The Man that & the Man which

 

 

Cosas como éstas dependen de la moda de la época

En un libro donde todos puedan leer

 

En un libro que todos puedan leer

Son igualmente propias

En un libro para que todos puedan leer

 

El Hombre quien, etc., es igualmente así             El hombre que & El hombre el cual[7]

 

 

LA ORACIÓN DEL SEÑOR

(Traducida del griego) por el Dr. Thornton*


Vamos, adoremos, e inclinémonos y arrodillémonos ante el SEÑOR, NUESTRO HACEDOR (Salmo xcv).

 ¡OH PADRE DE LA HUMANIDAD, TÚ que moras en el CIELO más alto, Venerado sea TU Nombre!

 ΠΑΤΕΡ ήμω̃ν ό έν τοι̃ς ον́ρανοι̃ς, άγιαςθητω τὸ ονομα σον.

 Que TU REINO sea proclamado en todas partes para que TU Voluntad se cumpla en la Tierra así como se cumple en las MANSIONES DEL CIELO.

 —έλθέτώ η βασιλεία σον γενηθήτω τό θέλημα σον.

 Concédeme a y a todo el mundo, día a día, abundante provisión de ALIMENTO espiritual y corpóreo:

 PERDÓNANOS NUESTRAS TRANSGRESIONES contra TI, ASÍ COMO NOSOTROS extendemos NUESTRA Bondad y Perdón A TODOS;

 ¡OH DIOS! no nos ABANDONES, cuando nos rodean ORDALÍAS;

 SINO GUÁRDANOS del Dominio de SATÁN: ¡Pues solamente TUYOS SON LA SOBERANÍA, EL PODER Y LA GLORIA Por toda la ETERNIDAD!


AMÉN

 

Desde su infancia los hombres se han acostumbrado tanto a mascullar la ORACIÓN DEL SEÑOR, que siguen así toda la vida y lo llaman “Recitar Oraciones”...

 It is the learned that Mouth & not the Vulgar

Son los cultos los que las mascullan[8], no los vulgares.

 

Lawful Bread Bought with Lawful Money & a Lawful Heaven seen thro a Lawful Telescope by means of Lawful Window Light The Holy Ghost & whatever cannot be Taxed is Unlawful & Witchcraft.

Spirits are Lawful but not Ghosts especially Royal Gin is Lawful Spirit No Smuggling real British Spirit & Truth

 

Pan legal comprado con dinero legal y un cielo legal visto a través de un telescopio legal gracias a la luz legal de nuestras ventanas[9]. El Espíritu Santo y todo lo que no puede gravarse con impuestos es ilegal y brujería.

Lo Espirituoso es legal, pero no los Espíritus; especialmente la Ginebra Real es un Espirituoso legal.¡Nada de contrabando con los auténticos Espíritu y Verdad británicos!

 

Página 2 [Notas críticas y explicativas].

 

Give us the Bread that is our due & Right by taking away Money or a Price or Tax upon what is Common to all in thy Kingdom

Danos el pan que es nuestra prerrogativa y derecho apartando de nosotros el dinero o precio o impuesto sobre lo que es común para todos en tu Reino.

 

Página 3.

 

Jesus our Father who art in thy Heaven calld by thy Name the Holy Ghost Thy Kingdom on Earth is Not nor thy Will done but Satans Will who
is the God of this World The Accuser  His Accusation shall be Forgiveness  that he may be consumd in his own Shame

Give us This Eternal Day our Ghostly own right Bread & take away Money or Debt or Tax a Value or Price as we have all things common among us Every Thing has as much right to Eternal Life as God who is the Servant of Man

Leave us not in Parsimony Satans Kingdom liberate us from theNatural Man & want or Jobs Kingdom

For thine is the Kingdom & the Power & the Glory & not Caesars or Satans Amen.

 

Jesús nuestro Padre que estás en tu Cielo llamado por tu nombre de Espíritu Santo, Tu Reino no es en la Tierra ni se hace tu Voluntad, sino la de Satán[10], que es el Dios de este mundo, el Acusador. Que su Juicio sea el Perdón a fin de que se consuma en su propia vergüenza.

Danos Este Día Eterno[11] el pan que por espíritu y justicia nos pertenece, apartando de nosotros el dinero o deuda o impuesto arbitrario, pues todas las cosas son comunes entre nosotros. Cada cosa existente tiene tanto derecho a la Vida Eterna como Dios, que es el Sirviente del Hombre.[12]

No nos abandones en la parsimonia, el Reino de Satán; sino libéranos del Hombre Natural y de la necesidad o Reino de Job.

Porque tuyo es el Reino y el Poder y la Gloria y no del César ni de Satán. Amén

 

Página 5.

Difusas son, en el mejor de los casos, las concepciones que tenemos del SER SUPREMO, quien, por así decirlo, mantiene a la raza humana en suspenso, ni revelándose, ni ocultándose A SÍ MISMO...

 

a Female God

Un Dios Femenino.

 

Página 6.

¿Qué es la VOLUNTAD de DIOS que se nos ordena obedecer?... Pensemos de quién es esa VOLUNTAD... Es la VOLUNTAD de nuestro HACEDOR... Es, finalmente, la VOLUNTAD de AQUEL que es incontrolablemente poderoso...

 

So you See That God is just such a Tyrant as Augustus Caesar & is not this Good & Learned & Wise & Classical

Así que Dios es ni más ni menos que un tirano como César Augusto; ¿y no es esto bueno y culto y sabio y clásico?

 

Página 9 [Razones para una Nueva Traducción de Toda la Biblia].

 

The only thing for Newtonian & Baconian Philosophers to Consider is this Whether Jesus did not suffer himself to be Mockd by Caesars Soldiers Willingly & to Consider this to all Eternity will be Comment Enough


Lo único que tienen que meditar los filósofos newtonianos y baconianos es esto: si Jesús se sometió voluntariamente o no a las mofas de los soldados del César. Pensar esto durante toda la Eternidad será comentario suficiente.

 

Página 10 [en blanco].

 

This is Saying the Lords Prayer Backwards which they say Raises the Devil Doctor Thorntons Tory Translation Translated out of its disguise in the Classical & Scotch language into the vulgar English

Our Father Augustus Caesar who art in these thy Substantial Astronomical Telescopic Heavens Holiness to thy Name or Title & reverence to thy Shadow Thy Kingship come upon Earth first & thence in Heaven Give us day by day our Real Taxed Substantial Money bought>Bread deliver from the Holy Ghost so we call Nature whatever cannot be Taxed for all is debts & Taxes between Caesar & us & one another lead us not to read the Bible but let our Bible be Virgil & Shakspeare & deliver us from Poverty in Jesus that Evil one For thine is the Kingship or Allegoric Godship & the Power or War & the Glory or Law Ages after Ages in thy Descendents for God is only an Allegory of Kings & nothing Else Amen

I swear that Basileia βασιλεια is not Kingdom but Kingship I Nature Hermaphroditic Priest & King Live in Real Substantial Natural Born Man & that Spirit is the Ghost of Matter or Nature & God is The Ghost of the Priest & King who Exist whereas God exists not except from their Effluvia

Here is Signed Two Names which are too Holy to be Written

Thus we see that the Real God is the Goddess Nature & that God Creates nothing but what can be Touchd & Weighed & Taxed & Measured all else is Heresy & Rebellion against Caesar Virgils Only God See Eclogue i & for all this we thank Dr Thornton

 

Esto es decir la Plegaria del Señor al revés, que, dicen, invoca al diablo. La traducción tory del Dr. Thornton, traducida de su apariencia clásica y escocesa al inglés vulgar.

Padre Nuestro César Augusto, que estás en estos tus Substanciales Cielos Astronómicos y Telescópicos, Santificado sea tu Nombre o Título y reverenciada tu Sombra. Venga primero a la Tierra tu Reino y de ahí a los Cielos. Danos el Pan nuestro de cada día comprado con Dinero Substancial Realmente Gravado; libra(nos) del Espíritu Santo para que llamemos Naturaleza a todo lo que no puede Gravarse; pues todo sea deudas e impuestos entre el César y nosotros, y uno y otro. No nos dejes leer la Biblia, mas haz que nuestra Biblia sean Virgilio y Shakespeare; y líbranos de la Pobreza de Jesús, el Maligno. Pues tuyo es el Reino, o Alegórica Divinidad, y el Poder, o Guerra, y la Gloria, o Ley, por los Siglos de los Siglos sobre tus descendientes; pues Dios es sólo una Alegoría de Reyes y nada Más. Amén

Juro que Basileia, βασιλεια no es Reino sino Realeza. Yo, Naturaleza, Sacerdote y Rey Hermafrodita, Vivo en el Hombre Nacido, Natural, Real, Substancial, y ese Espíritu es el Espectro de la Materia o Naturaleza, y Dios es el Espectro del Sacerdote y Rey, que Existe, mientras que Dios no existe sino a partir de sus Efluvios.

Aquí firman dos Nombres que son demasiado Santos para ser Escritos.

Así vemos que el Dios Real es la Diosa Naturaleza, y que Dios no crea nada más que lo que puede tocarse y pesarse y gravarse y medirse; y todo lo demás es herejía y rebelión contra el César, el Dios Único de Virgilio —véase la Égloga I. Agradezcámosle todo esto al Dr. Thornton. [13]

 

 

 



[i] Si bien el texto de The Lord`s Prayer corresponde al Padrenuestro católico, excepto por la doxología final, las instituciones anglicanas de habla española suelen emplear el termino Oración del Señor. Dado que además la “nueva” versión de Thornton, traducida directamente del griego, es algo diferente a la habitual, constituyendo más bien una paráfrasis explicativa, hemos preferido emplear la expresión anglicana. Hazard Adams (op. cit., pgs 178-79) reproduce los textos fuente de Mateo y Lucas en las versiones de la King James Bible y Standard, señalando que Thornton llegó a introducir expresiones inexistentes en los originales.

* Texto griego tras los versos segundo y tercero, incorporado por Blake.



[1] Una detallada biografía y bibliografía de Thornton –cuya pasión por la edición lo llevó al parecer a la ruina- puede encontrarse en https://en.wikisource.org/wiki/Dictionary_of_National_Biography,_1885-1900/Thornton,_Robert_John.

[2] Paley, Morton D:  The Traveller in the Evening: The Last Works of William Blake. Oxford, Oxford University Press, 2003; pg. 22.

[3] Práctica común en la época, sobre la que nos extenderemos en la Introducción general Cabe hacer notar, al respecto, que en sus Anotaciones al obispo Watson, donde Blake hace una encendida defensa de Thomas Paine, muestra expresamente su propósito de no hacerlas públicas por las posibles consecuencias, en pleno auge del llamado Terror Blanco ejercido por el gobierno británico: “He sido conminado por el Infierno a no imprimir esto, pues eso es lo que nuestros enemigos desearían”.

[4] Adams, Hazard: Blake´s Margins: An Interpretive Study Of The Annotations, Jefferson y Londres, McFarland, 2009.

[6] Carta a Cumberland, 27 de abril de 1827; Erdman, 783

[7] Estas aparentes digresiones sobre la silepsis, en la que Blake introduce por cierto un verso tomado de su Introduction a las Songs, parecen justificar su nota en la portada sobre los clásicos griegos y latinos, considerados como una unidad:  The Greek & Roman Classics is the Antichrist…

[8] El verbo to mouth se emplea aquí en el sentido de “mover los labios”, sin pronunciar sonido alguno. Nos ha parecido que mascullar mantiene el sentido tanto de la expresión de Thornton como de la replica de Blake, con su habitual crítica de la hipocresía elitista.

[9] Blake hace aquí referencia al window task, uno de los innumerables impuestos que, casi inexistentes para terratenientes y grandes propietarios, se hacían recaer (!incluso por el derecho a la luz natural en interior!) sobre las clases trabajadoras, a fin de financiar la Guerra contra Francia y la consolidación colonial del Imperio.

[10]  Conviene señalar que Blake usa evil y Hell, en sentido positivo, cuando quiere referirse a la energía creativa infernal (Marriage y otros textos; v. un ejemplo de ello en la nota 3); por el contrario, emplea negativamente Satan para aludir a los “poderes de la tierra”, es decir, la religion establecida, la alianza Iglesia-Estado y el “Imperio Universal” (Four Zoas), representados ideológica y estéticamente por Newton, Bacon, Locke y sus epígonos del Literary Club. El empirio-mecanicismo al servicio de la opresión.

[11]  Blake, en su perpetuo comunitarismo, eliminó me para incluir us en una de sus últimas correcciones. Notable es asimismo el empleo de la expresión eternal day, una constante en sus libros proféticos, según señalábamos en Imaginación, deseo y libertad en William Blake, pg. 450 (https://www.cervantesvirtual.com/obra/imaginacion-deseo-y-libertad-en-william-blake--0/): “desde la temprana afirmación en The Marriage acerca de que “La Eternidad ama los frutos del tiempo” a la reivindicación permanente en sus profecías del “Día eterno” (“Eternal day”). Esta última expresión, apuntada ya en Europe y The Four Zoas, puede considerarse definitoria del concepto de Eternidad postulado poéticamente en Jerusalem (…) “Pues, ¡mira! La noche de la Muerte ha pasado, y el Día Eterno aparece sobre nuestra colinas” El advenimiento del “Día Eterno”en suma, nos remite a la necesidad de quebrar la concepción newtoniana del tiempo y el espacio, estrechamente ligada al capitalismo industrial, y sustituirla por la fluidez de la visión imaginativa, capaz de lograr una vida plena.”

[12] Dios sirviente del hombre. Esta frase demoledora refleja la identificación de Blake entre el Genio Poético y la Humanidad Divina, en términos muy semejantes a los empleados cuatro décadas antes en sus notas a Swedenborg (v. en nuestra traducción en este blog, notas 15-17). Blake rechazó siempre la noción de un Dios trascendente y omnipotente, que consideraba injuriosa para la dignidad humana:

 Eres un hombre. Dios no es más

Aprende a adorar tu propia humanidad.

The Everlasting Gospel (h. 1815-1820)

 

 Si los Dioses se unen contra el Hombre

(…) entonces, con profundo

arrepentimiento, deben (…)

recuperar la imagen de lo humano.

Cooperando en la bendición del Hombre, obedeciendo la voluntad del Hombre,

sirvientes de lo Eterno e infinito de la forma Humana

(The Four Zoas negritas mías)


[13] Este extraordinario texto será analizado en detalle en la Introducción específica de nuestra edición definitiva, pues en él confluyen de manera singular todos los elementos que definieron el pensamiento de Blake, y que podemos ver asimismo en la contemporánea carta a Cumberland.  Las referencias a los substanciales cielos, etc, alusivas a la terminología newtoniana al hilo de la crítica al Pantocrátor de Sir Isaac, fueron “añadidos” por Blake en una segunda revisión. La simbolización del culto a la guerra y la fortuna bélica en la figura de Augusto -extensible en su última etapa a la épica heroica de los clásicos griegos y romanos, lo que no le impidió alabar con frecuencia a autores individuales- es otra constante de su obra, y, como veremos (v. Boyd/Dante), de sus anotaciones. Más sorprendente es la referencia a Shakespeare, autor muy admirado por Blake, quizá en referencia a sus obras de tema romano, en particular Julius Caesar.

Es importante destacar aquí, no obstante, que la crítica de Blake a la Diosa Naturaleza no hace referencia al mundo natural, que siempre reverenció, pues todo lo que existe es infinito y viviente, sino a la concepción mecanicista de esa naturaleza como algo ajeno al ser humano, y susceptible por tanto exclusivamente de medida, expoliación y apropiación. Nos limitaremos aquí a incluir algunas citas de su obra que clarifican esta cuestión: Si se limpiasen las puertas de la percepción, cada cosa le parecería al hombre lo que es: infinita.”...¡Todo lo que vive es sagrado!” (Marriage), “te mostraré pleno de vida el mundo, donde cada partícula de polvo exhala gozo.” (Europe), “ni un cabello, ni una partícula de polvo, desaparecen jamás (Jerusalem, 14; Erdman, 158: “One hair nor particle of dust, not one can pass away.”). Y, por supuesto, en estas mismas anotaciones, apenas a meses de su muerte:  Cada cosa existente tiene tanto derecho a la Vida Eterna como Dios, que es el sirviente del Hombre”.

 

 


GUILLERMO CONTRA EL LORD CANCILLER

  [Nota : he eliminado las notas a fin de hacer menos farragoso el texto; y también, a qué negarlo, por mi manifiesta incapacidad digital. T...